
En la producción de esos sonidos que nos permiten comunicarnos con otras personas intervienen la nariz, laringe, la tiroides, huesos, la lengua, el sistema de respiración, el diafragma, el estómago y hasta la dentadura. La voz se produce bajo el proceso de aspiración y respiración, donde primero inhalas el aire por la nariz (a veces por la boca) desde donde recorre los órganos ya mencionados, hasta ser administrado por la boca. Todo este proceso es regulado por el cerebro, que es donde la persona decide que va a decir.

Durante la producción de la voz intervienen parámetros locutivos: postura y tonicidad, tensión larinhoidea, modo respiratorio y tipo respiratorio, y; parámetros no locutivos: ataque vocal, intensidad, tono, calidad, proyección de la voz, tiempo de fonación, articulación, coordinación fonorespiratoria. Es importante recordar que la articulación es el uso apropiado de la mandíbula, labios y lengua para que la dicción y la emisión de sonido sean correctas. A través de estos resonadores la voz adquiere el timbre propio de la persona y se proyecta ampliada en las diversas cavidades.
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