El
proceso de comunicación es propio de los seres humanos. La comunicación no se da solo si
queremos, sino que esta funciona como un proceso espontáneo en la interacción
social del día a día, entre los seres humanos. Dicho de otro modo, el proceso de comunicación fluye
de forma natural, casi siempre sin que nos lo propongamos.
Para realizar
cualquier investigación, es determinante, definir los conceptos propios de la
investigación a realizar, esto nos ayuda a definir desde que punto vamos a
partir, además nos permite crear la frontera entre un término y otro:
es aquí donde utilizamos el marco conceptual.
Lectura recomendada:
En cuanto
a la comunicación se refiere, este marco conceptual fue iniciado por Aristóteles
en la Grecia Antigua, mayor centro ideológico de la época. Durante cientos de
años, la comunicación era entendida y encasillada en el término "retórica".
Es en la
época moderna cuando un grupo de sociólogos comienza a investigar y definir la
comunicación como tal, aunque, desde la misma perspectiva aristotélica, que
prioriza la persuasión dejando de lado la importancia del emisor ante las
intenciones del receptor. Nos referimos a los norteamericanos Lazarsfeld,
Lewin, Lasswell y Hovland, siendo Lasswell el más destacado de los cuatro.
Hoy por
hoy, el marco conceptual de la comunicación es un gran abanico de definiciones
y tendencias, de diferentes escuelas de comunicación de todo el mundo.
Diferentes punto de vista del marco conceptual
El
marco conceptual se entiende como una manera organizada de pensar en el cómo y
el por qué de la realización de un proyecto, y en cómo entendemos sus
actividades. Nos ayuda a explicar por qué estamos llevando a cabo un proyecto
de una manera determinada. Se puede señalar que el marco conceptual nos puede
servir como un mapa cuando emprendemos un viaje. Y es que el medio ambiente es
un campo tan vasto que “tener un mapa” para la consulta resulta no sólo
importante, sino también imprescindible
En lo referente al tema de esta investigación, la
palabra Comunicación proviene del latín communis que significa común. Tanto el
latín como los idiomas romances han conservado el especial significado de un
término griego, el de “Koinoonia”, que significa a la vez comunicación y
comunidad. También en castellano el radical “común” es compartido por los
términos comunicación y comunidad. Ello indica, como punto etimológico, la
estrecha relación entre "comunicarse" y "estar en
comunidad". En pocas palabras, se "está en comunidad" porque
"se pone algo en común" a través de la "comunicación".
También en castellano el radical “común”
es compartido por los términos comunicación y comunidad. Ello indica, como
punto etimológico, la estrecha relación entre "comunicarse" y
"estar en comunidad". En pocas palabras, se "está en
comunidad" porque "se pone algo en común" a través de la
"comunicación".
Al
respecto, Carlos Borsotti (s.f.) nos plantea que "el conocimiento
científico es enteramente conceptual, ya que, en último término, está
constituido por sistemas de conceptos interrelacionados de distintos modos. De
ahí que, para acceder a las ideas de la ciencia, sea necesario manejar los
conceptos y los lenguajes de la ciencia. En ciencias sociales, la pretensión de
validez objetiva de cualquier conocimiento empírico se apoya en que se haya
ordenado la realidad según conceptos formados rigurosamente. Estos conceptos no
pueden dejar de ser subjetivos. Están necesariamente condicionados por
posiciones ideológicas y por posiciones valorativas que son supuestos lógicos
de todo conocimiento".
Carlos
Sabino (1996) afirma que "el planteamiento de
una investigación no puede realizarse si no se hace explícito aquello que nos
proponemos conocer: es siempre necesario distinguir entre lo que se sabe y lo
que no se sabe con respecto a un tema para definir claramente el problema que
se va a investigar". El correcto planteamiento de un problema de
investigación nos permite definir sus objetivos generales y específicos, como
así también la delimitación del objeto de estudio.
En
lo referente al concepto de comunicación perse, la definición más antigua se
remonta a la antigua Grecia, donde Aristóteles plantea: “Así, pues, que la
retórica no es de ningún género definido, sino que es como la dialéctica, y que
es útil, es evidente; y que su fin no es persuadir, sino considerar los medios
persuasivos para cada caso, como en todas las demás artes”
Ya
bien entrado el siglo XX, Lasswell define la comunicación como un proceso a
través del cual un emisor transmite un mensaje a un receptor utilizando un
canal específico, con el propósito de generar una respuesta. Laswell define así
tres elementos que intervienen para que la comunicación se de: emisor, receptor
y canal. La definición de Lasswell se apoya
en la de Aristóteles en el sentido de que dan prioridad a la persuasión,
dejando al receptor desarmado, frente a un emisor todopoderoso que puede
escoger el canal que desee para emitir su mensaje.
Con el tiempo en un proceso de de discusión, desarrollo y retroalimentación mutua entre las distintas escuelas de comunicación, se van desarrollando términos como Comunicación de Masas y Comunicación Popular (Martín-Barbero, 1978).
Más recientemente, los modelos clásicos de
comunicación basados en un esquema lineal y unidireccional, que presumen a un
emisor omnipotente que genera efectos en un receptor indefenso vienen
evolucionando y generando el replanteamiento tendiente a hablar de comunicación
para el cambio social o comunicación para el desarrollo humano, de la que hace
referencia centros de investigación y particularmente el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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